Celeste asesinada en San Severo, su hermano se convierte en testigo contra la violencia de género: "Contaré su historia hasta que me quede aliento"

Esta no es sólo la historia de un feminicidio, sino el testimonio desgarrador de un fracaso institucional, de una muerte anunciada y de una promesa que hoy se convierte en compromiso civil. Luigi Palmieri , hermano de Celeste Palmieri , la mujer de 56 años asesinada por su marido Mario Furio en San Severo el 18 de octubre de 2024, ha decidido romper el silencio y contarlo todo, porque – dice a una agencia Agi – “en nombre de mi hermana otras mujeres pueden salvarse”.
Una muerte anunciadaLa historia de Celeste está marcada por décadas de violencia doméstica, por informes médicos ignorados, por denuncias retiradas para proteger a sus hijos, por dispositivos de protección defectuosos y por un sistema que no pudo (o no quiso) protegerla. Golpeada desde el inicio de su matrimonio, Celeste era madre de cinco hijos y padecía cáncer de mama. Aún así, él seguía sonriendo. Ni siquiera el miedo a la muerte –“no por el cáncer (estaba recibiendo tratamiento para cáncer de mama), sino por él”, le dijo a su hermano– le había quitado la fuerza para ser una madre y hermana amorosa. “Pero él seguía repitiendo que sentía la muerte detrás de él”.
El epílogo ocurre en el estacionamiento de un supermercado, donde el hombre, a pesar de un cartel de no acercarse y una pulsera electrónica, se acerca a Celeste, va a buscar un arma y le dispara. Un joven policía, que acudió corriendo tras oír los disparos, se tumbó a su lado y le sujetó la mano hasta el final.
Las señales ignoradasLuigi Palmieri, exmiembro de la policía y residente de Milán desde hace mucho tiempo, no encuentra paz: «Leí y releí el informe del 118 que clasificó la llamada de auxilio de mi hermana como 'de baja prioridad', a pesar de todo lo que ya había sucedido. Tenía una pulsera, había precedentes, informes y más informes. Pero nadie actuó realmente».
Mario Furio ya había intentado estrangularla en 2008. Investigado por intento de homicidio, fue absuelto. Celeste había retirado la denuncia para no privar a sus hijos de su padre. Un gesto de amor que se convertiría, años después, en una condena.
Una promesa que se convierte en misiónAhora Luigi está luchando contra el cáncer, pero ha decidido que no será la enfermedad la que guiará su tiempo, sino el recuerdo de su hermana. Mi vida vuelve a tener sentido gracias a Celeste. Cada noche me despierto pensando en ella. Prometo contar su historia mientras tenga aliento.
Con el apoyo del abogado Marcello Lorusso y de la abogada Giorgia Leone , implicada desde hace años en casos relacionados con el “Código Rojo”, Luigi quiere que el caso de su hermana se convierta en un símbolo. “Necesitamos una verdadera prevención”, explica Leone, “y capacitación para quienes lidian con la violencia. Necesitamos una red eficaz, capaz de reconocer el peligro y actuar antes de que sea demasiado tarde”.
La investigación está en cursoLa Fiscalía de Foggia ha abierto una investigación por el mal funcionamiento de la pulsera electrónica y la supuesta subestimación del peligro por parte de las autoridades. “Ese dispositivo sonaba aleatoriamente o no sonaba en absoluto”, informa Luigi. “Informamos varias veces que no funcionaba”.
Mientras tanto, en la que fue la casa de la madre de Celeste, hoy cada habitación está llena de fotografías de la sonrisa que ya no está. Pero la voz de Luigi se convirtió en la suya. Y promete llevarla a todas partes, para que ninguna otra hermana, ninguna otra hija, ninguna otra mujer muera por una violencia que pudo y debió ser detenida.
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